sábado, 20 de febrero de 2010

En el ojo del huracán.

Una de las cosas que más detesto de la humanidad es que todos necesitan drama para poder vivir. Todos tienen que estar en un estado constante de caos para poder sentirse bien consigo mismos, como una amiga hace poco tiempo me dijo "la tranquilidad está en el ojo del huracán". Pero ¿porqué?, ¿es que acaso sentimos que no merecemos paz verdadera?... No lo sé, pero si hay algo que tengo por cierto es que un ser humano no puede estar mucho tiempo sintiéndose bien, pues tarde o temprano se siente vacío o aburrido, suscede que no pasa nada en su vida que sea interesante, que lo mantenga en la lucha, y tienen que crear problemas de la nada, luego se sienten mal, por haber perdido la felicidad que tenían y adrede, pero cuando eso sucede regresa el equilibrio, no son felices, pero tampoco se aburren de sus vidas, es natural hacerlo, quejarse de la vida perfecta y buscar retos. Entonces, ya que no nos permitimos ser "eternamente felices" supongo que no existe tal cosa como la felicidad, que todo lo que nos han contado sobre las personas que viven "felices para siempre" al final de las historias son sólo eso: cuentos de hadas, y que la realidad de la vida es sencillamente la aventura. Una vez que no hay cambios, retos ni aventura entonces no queda nada, la vida pasa a ser un día eterno que nunca acaba, y entonces la paz empieza a atormentar, el peor ruido pasa a ser el del silencio y tu te conviertes en tu peor enemigo.

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