Se me ha ido el don de la palabra.
Abrió la puerta lentamente
y se fue de puntitas
pensando que yo aun dormía,
Que aun soñaba
con catedrales de mármol
y palabras embriagadas buscando abrigo.
Bien que me conocía.
Cual amante avergonzado
Por caer en la cama equivocada
Me ha mirado de reojo
mientras se marchaba
Y yo, que nunca supe retener amores
Me hice la dormida
Mientras escuchaba el eco de sus pasos
Por todo lo largo de pasillo
Cerré mis ojos
tratando de retener una lágrima
Mientras pensaba
Que no era sino otro hijo de puta
que juro quedarse
Y a media madrugada,
Cuando ya lo amaba
Decidió largarse.
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