Para no mirarte y no tenerte
es necesario
amarte hasta la muerte,
y dejarte asi: tan libremente
que envidien las flores las abejas,
que anide los pajaros sus aires,
que rommpan las olas el azul
de mis ojos, de tus tardes.
Como quisiera ya tenerte
y mirarte...
como la luz brillante
y la sombra tenue;
con miradas que se acechan
inclementes.
Como una caricia breve:
Tan infinitamente
...infinitamente.
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