-Papá...¿cómo se hizo el día?
-...Pues...Sabes que al principio era siempre de noche, ¿verdad?- Contestó, tratando de recordar las historias que su padre le contaba de niño.
-Sí...
-Bueno, la luna sabía demaciado, había visto cómo Dios creó la tierra, cómo eran los humanos, ella sabía todo lo que pasaba y conocía todos los secretos...- relataba mientras señalaba hacia afuera de la ventana, apuntando a la luna, y siguió- No habían estrellas y la luz de la luna era suficientemente fuerte como para alumbrar a la tierra entera y la gente vivía bien así, pero al pasar del tiempo las personas fueron creando maneras de comunicarse con la luna, y ésta les contaba los secretos de Dios, él, al ver esto, decidió que lo mejor sería cortar eso...
-Y...Dios.. ¿qué hizo?- preguntó con impaciencia.
- Creó al sol, quien reina de día, e hizo que la gente viviera a su ritmo, y ordenó que en las noches las personas durmiesen, así sería más difícil volver a comunicarse con la luna y entender los secretos de Dios.
-Las estrellas... ¿cuándo aparecieron?...
-La luna quería que los humanos supiéramos todo, las estrellas son como las palabras de la luna, algunos dicen que son cada uno de los secretos de Dios y que al verlas puedes ver el misterio, pero la luna es quien da las respuestas.
-Ya nadie entiende a la luna...
-Hay algunos que mantienen la tradicion de hablar con ella, algunos pocos elegidos que conocen los secretos de Dios...Nosotros nos conformamos con apreciar el cielo nocturno, mira... olvídate de los secretos y los misterios y fíjate sólo en lo que hay... ¿No es hermoso?
-Sí... lo es- respondió sonriendo, mientras su papá lo arropaba
-Duerme ahora.
-Hasta mañana papá.
-Descansa.
Cuando su padre hubo salido él se levantó aún con su pequeño oso de peluche entre sus brazos, se acercó a la ventana y susurró a la luna "Yo te entiendo...", pensaba que Dios había sido muy injusto con la luna, y deseó que fuera siempre de noche, y saber los secretos que tan celosamente había escondido Dios obligándolo a crear el día. Mientras tanto, su padre recordaba antiguos versos de un cuento que su padre solía decirle cuando preguntaba por la noche y el día. " El horizonte es testigo al bajar las mareas, cómo el sol cuando amanece asesina a la luna y a las estrellas..."
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